lunes, 10 de septiembre de 2012

Aventuras y desventuras en Frankfurt: de aviones, españoles y perroflautas.

¡Hola a todos!
Como prometí, traigo las primeras aventuras y desventuras de Blan por Alemania. Parece mentira que lleve solo una semana aquí y ya tenga toda una pequeña colección de esas cosillas que a uno se le pasan por la cabeza. Quizá debería llevar siempre un cuaderno y un boli a mano para apuntarlas todas porque, la verdad, no pierdo detalle de cada costumbre autóctona, pero bastante tengo con ir con el diccionario a todas partes. Bueno, a pesar de no tomar nota, ya irán saliendo todas en sucesivas noches de cerveceo y terraza.
Próximamente en mi armario.

En esta ocasión me gustaría centrarme en algo bastante curioso. No, un momento; esto tengo que contarlo antes: ¿os acordáis de cuando, en las películas, el comandante se dirige a los pasajeros para preguntar si hay algún médico en el avión y las azafatas salen sudorosas y con cara de angustia porque, como mínimo, estamos ante un caso de tifus o, si me apuráis, de tos ferina? ¿a que sí? ¡Pues yo, YO, lo he vivido! (por el tiempo que tardó el susodicho médico creo que fue mas bien un resfriado) Emocionante, ¿eh? Pudo ser el comienzo de una gran historia. Lástima que se quedara en eso: un comienzo. ¡No, no miré a ver quién era el enfermo! ¿por quién me tomáis? (vale... quizá un poquito jiji).

A esto me refiero.


Rebobinemos: en esta ocasión me gustaría centrarme en algo bastante curioso, y es que no hay como vivir en el extranjero para darse cuenta de que las noticias que cuentan en tu país no son precisamente fieles a la verdad. Pero no os preocupéis, meine lieben Freunden, porque os traigo dos verdades universales (universales en todo el universo menos en España).

A) Lo siento de verdad, de verdad de la buena, pero esta es la realidad: en España estamos mucho peor de lo que pensamos. Para llegar a esta conclusión no he necesitado leer todos los días el Frankfurter Allgemeine, ni visitar el Banco Central Europeo, ni ver la increíblemente aburrida (que alguien me corrija si me equivoco) televisión alemana. Cuando la persona con la que más te juntas es griega y, aun así, los alemanes a los que conocéis juntas sólo te miran a tí con cara de pena, como queriéndote apadrinar, y te preguntan muy serios por la situación en España, especialmente para los jóvenes, te das cuenta que o bien las noticias sobre Grecia ya están pasadas de moda y no interesan, o bien estamos bastante más fastidiados de lo que nos hacen creer. En serio, si alguien se cruza con Montoro o de Guindos, que le tire unas Dr. Martens de mi parte a la cara.

Estas en concreto, que con lo feas que son seguro que duele más.


B) Ahí va otro palo, así que preparaos: creíamos que nuestro mejor invento en España después de la fregona era el perroflautismo, pero, amigos, no somos más que meros principiantes. Justo hoy he pasado por delante del BCE (mejor dicho: por delante de la estatua esa con forma de € azul que siempre sale en las noticias) y allí he tenido el gusto de conocer a los integrantes del movimiento Occupy Frankfurt. Me ha hecho mucha ilusión ver que había gente acampando, la verdad, pero la emoción se ha esfumado al ver que no tenían nada que ver con los de la acampada de la Montañeta en Alicante, ni en forma, ni en espíritu, ni en nada. Vamos, que me dan ganas de ir a buscar a Jiménez Losantos, agarrarle de la oreja, y llevarle hasta allí la próxima vez que diga tan a la ligera que los varios cientos de miles de personas que solemos manifestarnos somos todos unos perroflautas y unos vagos redomaos.

"Yo me voy pa' Frankfurt, que en España no me entienden".


 Esto es todo por hoy. ¡Que paséis una buena semana! ;)