domingo, 29 de abril de 2012

Mientras los hay que se van a cazar elefantes...

Todos conocemos a más de uno y más de dos que la sufren. De hecho, muchos de nosotros tenemos síntomas de esta enfermedad tan funesta. Se buscan curas, mas aún no se ha hallado un fármaco definitivo con el que paliar los efectos de esta afección mental. Hablo, ni más ni menos de... [cha-chan - cha-chán] el [inserte voz de ultratumba aquí] síndrome de Diógenes.

¿No va siendo ya hora de que te despidas de esa camiseta con el pato Donald estampado? Que sí, que ya, que te la regaló tu madre cuando te graduaste del instituto y ni siquiera sabes dónde está le tienes mucho cariño, pero, de vez en cuando, es necesario hacer análisis de conciencia y decidir qué cosas son útiles y cuáles ya no lo son para tí, pero quizá sí para otros. Cuenta la leyenda que hace muchos, muchos años el dinero, en sí, no existía y la gente, de veras, sobrevivía. En serio, palabrita de Blan. Tú tienes dos gallinas que ponen unos huevos de esos estupendísimos de yema naranja (porque esas gallinas no estaban en jaulas de 30x30cm y podían vivir dignamen... uy, me comentan por el pinganillo que se me duerme el personal...) pues eso: que antaño tu ofrecías unos huevos "ricos, ricos" y yo, a cambio, te daba unos tomates de mi huerto que ya quisieran los Kumato ser así de sabrosos. Y eso, amigüitos míos, es la base del comercio. No suena nada mal, ¿verdad? El problema es que parece que nuestro cerebro ha sido "desprogramado", y por ello se nos ha olvidado lo útil que es el trueque en comparación con las transacciones monetarias, ya no sólo por el hecho de que, con esta nueva "programación" de nuestro cerebro, dé la impresión de que no podamos llevar una existencia normal sin la necesidad de comprar-comprar-comprar-comprar, sino porque, mediante esta actitud, estemos produciendo sin parar y con ello desgastando los últimos resquicios de los recursos de nuestra madre Naturaleza (sí, con mayúscula inicial, porque me apetece).

Ahora bien: ¿qué pasaría si combinásemos la astucia de nuestros antepasados con las nuevas tecnologías y tendencias sociales de nuestros días con el fin de crear una innovadora alternativa de comercio con la que poder consumir de manera responsable, sin por ello renunciar a nuestras necesidades?

Les presento, damas y caballeros, a Cluus. Cluus es una red social de consumo colaborativo que pretende poner en contacto a gente a nivel local para que intercambien, alquilen, regalen o vendan los productos que ya no quieren. En esta charla TED, la genial Rachel Botsman explica un caso práctico de lo que supone el consumo colaborativo: en su momento me enganchó la serie de televisión 24 y, por ello, la adquirí en DVD. Un par de años más tarde me doy cuenta de que ya la tengo más vista que el TBO y que me gustaría cambiarla por, digamos, Sexo en Nueva York. Pues muy sencillo: busco a alguien que se encuentre en la misma situación que yo, pero al contrario, quedamos en una cafetería (o no), y nos las intercambiamos. Otro ejemplo: ¿cuántas veces en la vida utiliza una persona una Black & Decker (absténganse de responder los caseros "manitas" a quienes muchos estudiantes tenemos el gusto, porque decir la desgracia quedaría feo, de conocer)? Estaría muy bien que supieses que, en la calle paralela a la tuya, una persona tiene una Black & Decker que tú puedes recoger, usar y devolver, y que en otro momento otra persona llamará a tu puerta para pedirte otra herramienta igualmente cara y que, si me apuras, todavía está precintada.

Os animo a todos a daros una vuelta por Cluus, registraros y pensar en algo que pueda servirle a alguien más. O incluso que ya no queráis pero os falte ese pequeño empujoncito de que otra persona lo necesite para deshaceros por fin de ello. Todavía es una red joven (por no decir neonata), así que hay que tener paciencia y darle tiempo. Seguro que otros proyectos que ahora son tan conocidos y útiles como Couch Surfing, Carpooling o la mismísima Wikipedia empezaron así, poquito a poco, y crecieron gracias al boca a boca.




Spread the word, jóvenes Padawans!

5 comentarios:

  1. Primero, me encanta cómo escribes Blan!

    Segundo, muchas gracias por explicar más a fondo lo que es Cluus. Ya vi el evento y me hice una cuenta pero aún no sabía muy bien de qué iba.

    Y sí, definitivamente es una gran idea ésta. Cada vez que me mudo es como... ¿pero de dónde saco tantas cosas? Tantas cosas inútiles... Si pudiera cambiarlas por cosas que ahora me pudieran ser útiles, sería genial.

    Así que me voy ahora mismito a escudriñar la nueva red social de Cluus. Ahí nos vemos =)

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    1. ¡Muchas gracias! =)

      Es cierto que en España todavía nos falta un poquito para acostumbrarnos al cambio de mentalidad que supone el consumo colaborativo, pero poquito a poco la gente se va mentalizando de todas las consecuencias positivas que éste acarrea, tanto a nivel humano como medioambiental. Para mí, redes como Cluus o Couch Surfing hacen que el mundo sea un lugar un poquito mejor, o por lo menos lo intentan, que no es poco.

      ¡Las mudanzas! ya verás cómo se llena mi perfil de trastos a partir de junio... sólo de pensarlo...
      ¡Mua! =)

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  2. Ya estoy registrándome :) Como siempre, me declaro fan de tu forma de escribir. Lo único que no me creo es que tú quieras las temporadas de Sexo en NY jajajajaja. No te veo diciendo: "Ay, qué poca suerte tiene Carrie con los hombres..."
    Dime que ayer viste callejeros viajeros en Botsuana y viste elefantitos adorables... No entiendo cómo alguien puede pegarle un tiro...

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    1. jajajaja muchas gracias ^___^ Ese es el ejemplo que pone Rachel Botsman, a la que ver Sexo en Nueva York le pega lo mismo que a mí xD pero bueno, una necesita también buscar su lado femenino, ¿no?
      ¡¡No lo vi!! menos mal que puedo verlo "a la carta", aunque esos elefantes nunca serán tan adorables como este: http://29.media.tumblr.com/tumblr_m1rfpddOr01qhlwexo1_250.gif
      ¡Mua!

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